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María Hernández y su esposo sustentan la familia comercializando huevos al sur de Guayaquil

(Foto: María comenta que el actual emprendimiento tuvo una primera fase, iniciada por su esposo Francisco, con la venta de huevos cocinados en uno de los mercados del centro-sur de Guayaquil.)

Con elevado volumen y “a todo pulmón”, María Hernández y su esposo Francisco Ochoa, promocionan cubetas de huevo mientras recorren las distintas calles y vecindarios de la isla Trinitaria, al sur de Guayaquil.

Como usuaria del Bono de Desarrollo Humano (BDH), María accedió a un Crédito de Desarrollo Humano (CDH), que a partir de enero del presente año pudo invertir en adecuar un pequeño local, obtener un triciclo y adquirir docenas de huevos para comercializar desde su hogar, ubicado específicamente en la cooperativa Nueva Ciudad de la isla Trinitaria.

María comenta que el actual emprendimiento tuvo una primera fase, iniciada por su esposo Francisco, con la venta de huevos cocinados en uno de los mercados del centro-sur de Guayaquil. “Antes él compraba los huevos a otras tiendas, pero ahora me compra a mí”, dice.

La jornada de esta pareja comienza a las 04h30 de la madrugada, cuando María se levanta, selecciona los huevos para cocinar, enseguida prepara una salsa con tomatillo, cebolla blanca y limón que luego deposita en una canasta que utiliza su esposo para vender el producto en el mercado de Gómez Rendón y Lizardo García. “Él lleva entre 80 y 100 huevos que vende a 25 centavos cada uno, la mayoría de los clientes son comerciantes del mercado”, indica María.

Después de las 11h00 de la mañana Francisco regresa a casa y junto a María salen a vender varias cubetas de huevo a tiendas y domicilios del sector.

María menciona que el negocio está iniciando, pero desde ya alcanza para sustentar y educar a los 5 hijos que tiene el matrimonio. “Vendo aproximadamente 40 cubetas a la semana”, según sostiene y además expresa que el objetivo de la familia es seguir trabajando y no rendirse ante las adversidades. Pues recuerda que hace un año su esposo sufrió un accidente de trabajo que imposibilitó el movimiento de ambas manos, que impidió por un buen tiempo desempeñar la profesión de soldador al que se dedicaba Francisco.

María comenta que mientras su esposo lograba recuperar la salud, a su domicilio llegó un técnico de Acompañamiento Familiar, programa que desarrolla el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), con aquellas familias usuarias del BDH para junto a sus propias capacidades superar la situación de pobreza o pobreza extrema en que se encuentren.

Posteriormente accedió a módulos de capacitación sobre idea de negocios, que el MIES implementa por medio de la Unidad de Inclusión Económica. A partir de entonces y con negocio en mente, obtuvo un Crédito de Desarrollo Humano para invertir en la venta de huevos, emprendimiento que puso en marcha desde enero del presente año.

El plan a futuro de la pareja es abrir un local que brinde servicios de soldadura, ya que su esposo sabe elaborar ventanas, puertas y cerramientos para domicilios. “Mi anhelo es tener ambos negocios: la venta huevos y un local de soldadura, ya que mis hijos están creciendo y los gastos son más altos”, finaliza.

Patricia Yagual, directora Distrital del MIES Centro-Sur de Guayaquil, indica que para aportar a la reducción de la pobreza técnicos de Acompañamiento Familiar e Inclusión Económica del MIES, motivan y capacitan a usuarias del BDH para realizar emprendimientos y mejorar su nivel de vida.