Lina, una madre que trabaja por la inclusión de su hijo con discapacidad

En la parroquia Picoazá, del cantón Portoviejo, vive Lina Vera, una madre entregada por su hijo de 9 años, quien tiene parálisis cerebral severa. Ella comenta que desde que empezó a recibir el Bono Joaquín Gallegos Lara por parte del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) su vida cambió, ya que a través de esta transferencia económica de 240 dólares mensuales ha logrado mejorar las condiciones de salud y calidad de vida de su hijo Daniel.
Actualmente, Lina es parte del comité de cuidadores de usuarios del Bono Joaquín Gallegos Lara de su parroquia. Ella confiesa que gracias a la atención que recibe por parte del MIES, su vida y la de su hijo mejoraron, pues además de la transferencia económica que recibe mensualmente, asiste a los talleres que realiza esta cartera de Estado, en donde aprende a cuidar mejor a su hijo, a través de charlas sobre higiene, cuidados, prevención para una buena salud para personas con discapacidad, entre otros aspectos.
“Antes de la atención del MIES, a veces sentía que no podía más, pero miraba a mi hijo y eso me llenaba de fuerzas para seguir. Los talleres en los que participo han sido una motivación que no me ha permitido desistir, porque como madre de un hijo con discapacidad siento que alguien se está preocupando por nosotras”, comentó.
La madre de familia confiesa que anteriormente la única ayuda que recibía provenía de sus abuelos maternos, quienes se dedican a la agricultura en la zona rural de Portoviejo y con ese apoyo económico no podía trasladarse a la ciudad en busca de terapias para su hijo.
Gracias al esfuerzo de esta madre y al apoyo estatal que recibe a través del Bono, Daniel logró avances en el control de su cuerpo. “Ahora puede expresar algunas palabras y sobre todo vive su inclusión ya que ha logrado interactuar con otros niños”, manifestó Lina.
Cabe señalar que actualmente alrededor de 3 mil personas con discapacidad severa reciben el Bono Joaquín Gallegos Lara en la provincia de Manabí, con una inversión estatal de más de 8 millones de dólares. Esta transferencia económica está dirigida a este sector de la población, que requiere del cuidado de una persona responsable de su cuidado.