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LA FORMACIÓN PROFESIONAL, OTRA DE LAS VENTAJAS DEL BONO DE DESARROLLO HUMANO

En su barrio, ubicado en la cooperativa Elsa Bucaram de Durán, la conocen como “la doctora”. Es que cuando alguien necesita que le pongan una inyección, suero o le tomen la presión, Fátima Muñoz es la primera opción para realizar estos trabajos y “sin dolor”, asegura con orgullo, pues –dice – no es ninguna improvisada en el tema, sino que gracias al Bono de Desarrollo Humano (BDH) se ha capacitado en el campo de los primeros auxilios.

“Yo no tuve la oportunidad de ir a la universidad, pero siempre me gustó aprender. Cuando conocí que quienes cobramos el bono, podemos estudiar en el Secap gratuitamente, decidí aprovechar esa ventaja”, cuenta  la mujer de 24 años quien ya ha asistido a cursos cortos de formación en hotelería y cocina, y actualmente cursa uno de 9 meses para formarse como auxiliar de enfermería. Su meta es que una vez que culminé sus estudios, poder ejercer el oficio en algún centro de salud y con ello contribuir económicamente en el hogar.

En la actualidad, es su esposo, quien trabaja como conductor informal, el que mantiene a la familia, constituida por 3 hijos menores de 8 años, y una adulta mayor discapacitada. Fátima señala que lo que él recibe no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas, y en ese sentido el recibir el BDH ha sido una gran ayuda. “No tenemos casa propia, sino que alquilamos una, y es muy duro sacar plata para la renta. Por eso estoy empeñada en terminar mi curso y ponerme a trabajar”, agrega la mujer, quien ya ha decidido anunciar sus servicios y comenzar a cobrar por ellos, para generar un ingreso mas para su familia.

“Yo me siento muy agradecida por esta oportunidad que me ha dado el Gobierno, ahora sé que depende de mí el poder salir adelante, y lo haré con responsabilidad, y con las ganas de que tengo que mis hijos me vean como una profesional, eso sería un sueño que sé que voy a cumplir”, expresa Fátima.