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La estrategia de Acompañamiento Familiar ayuda a mejorar las condiciones de vida de las familias

Gracias a la asesoría d una técnica de Acompañamiento Familiar del MIES, Rosa Santos accedió a un Crédito de Desarrollo Humano e inició su propio negocio con una tienda de víveres.

Desde hace seis meses Mayra Quispe, técnica de la estrategia de Acompañamiento Familiar (TAF) del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), visita el hogar de Rosa Santos, ubicado en la parroquia de San Miguel, en el cantón Salcedo. Su asesoría sobre los servicios que puede recibir por parte de esta cartera de Estado permitieron que doña Rosa acceda al Crédito de Desarrollo Humano (CDH), con ese dinero pudo ampliar su vivienda e inició un emprendimiento con una tienda de víveres.

Rosa, al igual que su esposo, trabajaba varias horas en el campo, en la cosecha de papas o habas, dependiendo de la temporada.  El trabajo no era fijo, en el mejor de los casos eran tres o cuatro días a la semana, hasta que recibió la visita de la TAF, quien le explicó la importancia de poder acceder a un CDH y las implicaciones positivas que tendría en su economía familiar. “El objetivo era saber invertir, ya que lo poco que ganaba no me alcanzaba para la alimentación y educación de mis hijos”, comentó.

En Cotopaxi, 42 TAF del MIES acompañan, gestionan, facilitan, asesoran e informan a más de 3.000 familias, de las cuales el 98% se encuentran en las zonas rurales de seis cantones de la provincia: Saquisilí, Salcedo, Pujilí, La Maná, Latacunga y Sigchos.

Su tienda que lleva casi 45 días funcionando, ahí vende una variedad de productos. Además, se compró una impresora usada, con la que saca copias de diferentes documentos, ofreciendo un servicio adicional a quienes lo requieran. “Me ha ido bien, siento que el negocio puede crecer más y eso gracias a que cada dólar que he recibido del crédito, lo he invertido pensando en el presente y futuro de mi familia. Me siento agradecida porque tengo el apoyo de mi familia y del MIES”, señaló Rosa, madre de tres niños, quienes han recibido los servicios de desarrollo infantil del MIES.

Mayra Quispe, TAF del MIES, recordó que al inicio del acompañamiento los cuatro integrantes de la familia de Rosa vivían precariamente en dos cuartos construidos en su terreno. A toda la familia se le informó, sensibilizó y direccionó para que accedan al CDH y logró tener su tienda, además de ampliar la infraestructura de su hogar. “Lo interesante es que en un periodo corto de tiempo, la familia ha dado pasos firmes para superar la extrema pobreza”, explicó.

La estrategia de Acompañamiento Familiar plantea generar, a través de visitas domiciliares, cambios en la conducta y la cultura de las familias, además de fortalecer sus conocimientos sobre los servicios que puede recibir de las instituciones del Estado, que les permitan mejorar su calidad de vida. “Nos ha guiado para el tema de la educación, los cuidados en la salud, de violencia intrafamiliar, y de cómo acceder al crédito para poder generar emprendimientos”, comentó Rosa.

En Cotopaxi, el rol de las y los 42 TAF es el de acompañar, gestionar, facilitar, asesorar, informar, referenciar a más de 3.000 familias, de las cuales el 98% se encuentran en las zonas rurales de seis cantones de la provincia: Saquisilí, Salcedo, Pujilí, La Maná, Latacunga y Sigchos.

“El TAF no es un profesional que realiza terapias, consejería u obras de beneficencia y tampoco asume como suyas las responsabilidades de la familia. Los técnicos conocen la realidad en territorio, por lo tanto los TAF apoyan a las familias en sus procesos de superación y crecimiento”, explicó Porfirio Allauca, técnico coordinador de Acompañamiento Familiar.