La alegría de vivir se refleja en los rostros de 90 adultos mayores del Centro Diurno Juan Pablo II

A sus 72 años y con una sonrisa, Gertrudis Toala cuenta que se siente en la mejor etapa de su vida, a pesar de no poder caminar, la discapacidad no ha sido un impedimento para ella, ya que el trato y cuidado que recibe en el Centro Diurno Juan Pablo II en el cantón 24 de Mayo, del distrito Portoviejo, han hecho que se sienta una persona segura de sí misma y tenga un envejecimiento digno.
Mientras que Víctor Mejía, de 70 años, relata que la soledad no le entristece porque dice ya no existe para él desde que empezó a formar parte de este centro diurno. “Aquí aprendí a fortalecer mis motricidades, a compartir con otros adultos mayores y esto me hace sentir que no estoy solo, porque puedo contar mis experiencias”.
Gertrudis y Víctor son parte de los 90 adultos mayores que reciben atención y cuidado en este centro diurno que brinda atención a este sector de la población a través de un convenio entre el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) con el gobierno municipal del cantón 24 de Mayo. La atención es de lunes a viernes, desde las 08h00 hasta las 16h00, en donde participan de diferentes actividades como: manualidades, bailo terapia, expresión artística, paseos, y alfabetización.
La directora del MIES distrito Portoviejo, Verónica Conforme, destacó el trabajo articulado con otras instituciones como los ministerio de Educación, de Salud y de Deportes por colaborar con este servicio impartiendo la alfabetización, atención médica y actividades físicas. “El Estado invierte alrededor de 110 mil dólares para brindar este servicio y promover una vejez activa e inclusiva”, agregó.
Por su parte, el alcalde de 24 de Mayo, Ramón Cedeño, dijo que los adultos mayores son una prioridad, y que a través del centro diurno, los cambios han sido sorprendentes porque han encontrado motivación para disfrutar de la vida, a través de la protección y cuidado.