En Quito, la ciudadanía se “toma la plaza” por los derechos de niñas, niños y adolescentes

La "Toma simbólica de la Plaza" se selló con el baile de las cintas o llamada "trenzada".

Con una colorida fiesta, que incluyó presentaciones artísticas, celebraciones y rituales ancestrales, música y bailes, alrededor de 1.500 mil personas participaron en la “toma simbólica” de la Plaza de Santo Domingo, centro de Quito, que realizó el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) como parte de la campaña contra la violencia denominada “Ni una y ni un guagua menos”, que lleva adelante el Gobierno Nacional.

En Quito, esta actividad fue liderada por la ministra del MIES, Berenice Cordero, quien junto a varios representantes de otras entidades de Estado como Augusta Montalvo, subsecretaria de Educación; Ximena Ponce, subsecretaria de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación; Nicolás Reyes, director del Consejo Nacional para la Igualdad Intergeneracional, entre otros, quienes se sumaron a esta iniciativa gubernamental, cuyo propósito es crear consciencia y compromiso de toda la sociedad con la garantía de los derechos humanos de la niñez y la adolescencia.

Como parte de esta toma simbólica de sensibilización contra la violencia, se realizaron varias actividades artísticas tradicionales de las culturas indígenas de la Sierra ecuatoriana. En el centro de la Plaza, cientos de personas participaron en una coreografía que incluyó elaborar una chakana andina hecha con telares, coloridas flores y velas, con mensajes reflexivos sobre prevención de la violencia. Además, varias autoridades participaron junto a varios danzantes en el tejido de una trenza o la “trenzada”, a través de bailes folclóricos.

Durante su intervención, la ministra Cordero legitimó la lucha en contra de la violencia de niños y niñas en Ecuador y sostuvo que no se puede vivir en una sociedad en donde la violencia sea una forma de educar. “Esta toma simbólica se realiza con el fin de desnaturalizar la violencia en nuestro país y generar corresponsabilidad con las familias, el Estado y la sociedad”, agregó.

Para Nila Cárdenas, representante de los comités de madres y padres de familia, este tipo de sensibilizaciones invitan no solo a las familias sino a la sociedad a desterrar cualquier tipo de práctica violenta y a cambiar equivocados patrones culturales que naturalizaban cualquier tipo de violencia.

Así como en la Plaza Santo Domingo en Quito, en 40 Plazas del país se exclamó la necesidad de una vida sin violencia para nuestras niñas y niños, a través de eventos que se realizaron de manera simultánea. Desde esta perspectiva intercultural, el MIES quiere enfrentar uno de los problemas más graves que sigue asolando a la sociedad ecuatoriana, en especial a las niñas, niños, adolescentes y a las mujeres, como son las violencias: física, sicológica, sexual, laboral, patrimonial.