En Guayaquil, personas con discapacidad aprenden a elaborar dulces para generar emprendimientos y recibir inclusión laboral
Guayaquil, 30 de octubre de 2019.
Un grupo de 22 personas con discapacidad que reciben atención del Gobierno Nacional mediante el centro diurno “Mi Razón de Vida”, ubicado en la cooperativa Juan Montalvo del norte de Guayaquil, forman parte de un proceso de capacitación que consiste en aprender a elaborar distintos tipos de dulces para desarrollar autonomía, generar emprendimientos y tener la posibilidad de ser incluidas laboralmente.
Los encargados de impartir la enseñanza son estudiantes que proceden de la Escuela de Gastronomía de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Guayaquil, que desde hace tres meses llegan cada miércoles por la mañana para compartir el conocimiento según el convenio de vinculación con la comunidad suscrito por el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), en representación del Gobierno Nacional con la mencionada entidad académica.
Jevelyn Cuesta, una joven con discapacidad intelectual del 46% y con 19 años de edad, se encuentra entre una de las participantes. Ella comenta que ya aprendió a elaborar pasteles y cupkates. “Me siento muy contenta porque me encanta lo que hago. He ensayado en mi casa y me salen bien”. Ruth Sánchez, también con discapacidad intelectual, pero del 46% y con 24 años de edad, es otra de las beneficiadas. “Me parece bien lo que aprendo. Creo que puedo preparar para vender”.
Hernán Esquivel, estudiante de Gastronomía, mencionó que para las personas con discapacidad se han considerado recetas más fáciles de preparar como avenas, galletas, biscochos, cupcakes, tortas. “Estamos buscando que ellos lo puedan realizar como un emprendimiento. Para nosotros como estudiantes es una experiencia agradable y reconfortante”.
María Peñafiel, coordinadora del centro “Mi Razón de Vida” explicó que la actividad forma parte del proceso de restitución de derechos porque los establecimientos comerciales generalmente no aceptan a personas con discapacidad porque carecen de conocimiento básico. “Es lo que estamos trabajando para llegar a un siguiente nivel de atención que es la inclusión laboral, de acuerdo con las políticas públicas”.
El espacio “Mi Razón de Vida” es financiado por el MIES, a través de la Fundación Huerto de Los Olivos, que atiende regularmente a 45 personas con discapacidad intelectual, física y auditiva, sin embargo, en esta ocasión solo un grupo de 22 usuarios fueron considerados en base a una evaluación, para este primer ciclo de capacitación porque “tienen un paso adelante para recibir inserción laboral, con los restantes es otro proceso que vamos a seguir”, indicó María Peñafiel.
Este centro forma parte de las 88 unidades que atienden con servicios a más de 2 mil 800 personas con discapacidad en espacios residenciales, diurnos y en domicilio que el Gobierno Nacional mediante el MIES ha implementado en los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón con una inversión que supera los 2 millones 600 mil dólares anuales.