Emprendimiento refleja afán de superación de una familia de Monte Sinaí, al noroeste de Guayaquil
A Raúl Rubio y Marisela García, además del vínculo matrimonial los une un deseo de superación impulsado por un emprendimiento que tienen juntos en su vivienda, ubicada en Monte Sinaí, al noroeste de Guayaquil. En su casa funciona un taller de elaboración de calzado femenino, que ambos equiparon gracias al Crédito de Desarrollo Humano (CDH) que les entregó el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Marisela como usuaria del Bono de Desarrollo Humano (BDH), una transferencia económica que entrega el MIES a las personas en situación de pobreza, pudo acceder al CDH e iniciar con su propio negocio.
El MIES trabaja en todo el territorio nacional en la gestión y manejo de riesgos con la familia y la comunidad, sobre todo en el ámbito de prevención, sensibilización y acción en materia de riesgos.
Tanto Raúl como Marisela aprendieron a confeccionar zapatos en trabajos anteriores que desempeñaron como empleados en distintos talleres. Ahora preparan diferentes modelos de manera artesanal para vender bajo pedido en las ciudades de Guayaquil y Ventanas a un costo promedio de 10 dólares.
Raúl indicó que por la falta de oportunidades en los grandes talleres, decidieron trabajar en su domicilio uniendo esfuerzos con su esposa. “Gracias al apoyo del gobierno podemos iniciar nuestro negocio y puedo trabajar junto a mi esposa”, señaló.
Marisela comentó que accedió al CDH en dos ocasiones. “Hace algún tiempo recibí un crédito de 600 dólares. Con ese dinero pudimos comprar hormas y materiales. En ese tiempo trabajaba en un taller de calzado donde aprendí sobre el oficio. Con el segundo crédito de 1.200 dólares compré los materiales que necesitaba para poder fabricar”, relató.
Karen Herrera, directora distrital del MIES en el norte de Guayaquil, manifestó que el CDH involucra no solo invertir los recursos sino también mejorar la capacidad de las y los emprendedores, mediante el apoyo institucional que se brinda con personal de acompañamiento familiar e inclusión económica para que obtengan un mejor nivel de competitividad.
“Las capacitaciones buscan perfeccionar la calidad del producto que venden las y los emprendedores, además de tener nuevas técnicas y generar redes de mercadeo que les permita seguir incrementando sus ventas”, dijo Herrera. Agregó que en el norte y noroeste de Guayaquil se entregaron 5.517 CDH en 2015.