Cerca de 30 familias usuarias de los servicios de psicología y trabajo social de la Unidad de Apoyo Familiar del Ministerio de Inclusión Social, (MIES), de Rumiñahui, recibieron un taller con el tema “Comunicación” como punto de partida para una mejor la convivencia de pareja y con sus hijos e hijas.

El objetivo de la actividad fue analizar los estilos de comunicación que se practican en cada familia y corregir los aspectos que causan molestias. No es correcto el estilo pasivo, en el que las personas se guardan los aspectos que les disgustan; o por el contrario el agresivo, que conlleva varios tipos de violencia, sin llegar en ambos casos a soluciones que otorguen felicidad a cada uno de los miembros del hogar.

En el taller se determinó que en sus hogares los usuarios practicaban ambos estilos de comunicación erróneos. Sin embargo, se logró concienciar en los presentes que los mensajes llegarán de mejor manera a los receptores si se usa una comunicación asertiva; es decir, el balance perfecto entre la agresividad y pasividad.

La familia es la primera escuela en la cual se aprende cómo comunicarse (gestos y tonos de voz de padres y hermanos). Ésta determinará el modo de relacionarse con los demás. Cada familia enseña y tiende a trasmitir un estilo particular de relacionamiento con los demás; los valores, forma de pensar y mirar el mundo. La familia es un laboratorio de las primeras experiencias de la vida, de allí la importancia de comunicarse adecuadamente.

Se identificó además que los padres no mantienen una buena comunicación con sus hijos porque simplemente no conocen sus intereses. El trabajo sin duda ha robado mucho tiempo para compartir las vivencias diarias, pero se deben encontrar momentos para el diálogo

y así conocer los gustos, intereses, preocupaciones, etc., de cada miembro del hogar.

Al final de la jornada padres, madres e hijos se comprometieron a practicar la comunicación asertiva tanto en sus hogares como fuera de ellos.