“DEJÉ DE DEPENDER DEL BONO, AHORA DEPENDO DE MI TRABAJO”
Un grupo de personas de escasos recursos económicos se abre espacio a través de una asociación de moradores que han coincidido en ofertar su fuerza laboral, aprovechando las oportunidades que ofrece el actual Gobierno, a través del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES).
Se trata de la Asociación Adonay que cobija a 41 socios que antes estaban reubicados en las riberas del estero Salado y ahora residen en el plan habitacional Socio Vivienda, construido por el Estado y ubicado al noroeste de Guayaquil. Actualmente, sus miembros experimentan no solo un cambio de domicilio sino que paso a paso alcanzan un mejor nivel de vida.
La presidenta de Adonay, Elvia Estupiñán, afirma que la misma fue constituida para brindar limpieza a edificios, centros comerciales, viviendas y demás lugares que requieran los servicios de la Asociación, como los 3 Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV) de atención directa que tiene el MIES en Guayaquil, para los cuales Adonay brinda el servicio de mantenimiento.
Las integrantes de Adonay han sido capacitadas en materia de limpieza y ramas afines, durante todo el proceso de acompañamiento que ha brindado la coordinación Zonal 8 (Guayaquil Durán y Samborondón) del MIES.
La Asociación incluye a las madres que recibían el Bono de Desarrollo Humano. Elvia, uno de aquellos casos afirma lo siguiente: “dejé de depender del Bono, ahora dependo de mi trabajo. Y con respecto a integrar la Economía Popular y Solidaria añade: “me siento feliz, útil, porque estoy trabajando para mi país, en mi país. El hecho que estemos trabajando como asociación ya es un emprendimiento grande”, asegura.
Otro caso es el de Judith Zambrano. Antes hacía múltiples actividades para sustentar su hogar como madre soltera. En cierta ocasión, solicitó el Crédito de Desarrollo Humano para adquirir y vender sobrecamas y sábanas, pero quedó damnificada en uno de los incendios ocurridos en Esmeraldas Chiquita. Ahora define como un logro integrar Adonay.