BIENVENIDAS COMPAÑERAS:

Hace pocas semanas usted se ha unido a uno de los trabajos más hermosos y llenos de esperanza: cuidar de nuestros niños y niñas.   ¡Qué gran tarea!

Un niño o niña es como un cristal vivo, que queremos tallar para formar una bella figura. Debemos moldearlo con el mayor cuidado para no dejar huellas que lo dañen cuando tome su forma definitiva.

Usted y sus colegas en todo el país tendrán la responsabilidad de atender a alrededor de 300.000 niños y niñas, quienes tienen el derecho de dar sus primeros pasos en la vida bajo un cuidado con excelencia profesional, calidez y competencia.

Hemos dado un gran salto.  En enero de este año, el MIES ha incorporado a 7000 profesionales de educación inicial y parvularia para el cuidado de nuestros niños y niñas en todo el territorio.   Hemos desarrollado las Normas Técnicas que guiarán su gestión, para que tenga la calidad y excelencia que merecen nuestros pequeños.    Vamos a ofrecerles información y capacitación permanentes para que logren sus objetivos, en un trabajo bien coordinado con sus equipos zonales y distritales.

Pero no es todo: también estamos animando a compañeras y compañeros que han terminado el bachillerato  o están cursando el tercer año, para que se conviertan en tecnólogos en cuidado infantil, con estudios gratuitos.

En el pasado,  la mayoría de nuestros niños y niñas recibía muy poca atención del Estado.  Se creía que era suficiente atenderlos en lugares incómodos e improvisados y que bastaba que los cuidaran madres comunitarias de gran voluntad, pero sin las herramientas adecuadas para enfrentar su tarea.

Hemos planificado la construcción, durante el 2013, de 250 nuevos Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV), diseñados bajo los estándares más exigentes, tanto en su modelo arquitectónico, como su equipamiento y sistema de trabajo.

Los primeros Centros serán inaugurados muy pronto y servirán precisamente a los hijos e hijas de las familias más vulnerables del Ecuador.  Ellos son los niños y niñas que, en otras épocas no tenían futuro, y que ahora cuentan con el apoyo del Estado.   Ese es el gran cambio que estamos viviendo.

Le invito a desempeñar sus funciones con alegría,  con responsabilidad y, sobre todo, con pasión y compromiso.   Sus hijos, los hijos de todos los ciudadanos de este país,  tienen el derecho de empezar la vida con pasos firmes.

¡BIENVENIDO, BIENVENIDA!