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Actividades y alimentación se ofrece a adultos mayores en Yaguachi

(Foto: El estado de salud de los octogenarios es primordial y permite establecer las actividades físicas diarias que podrán realizar.)

Una actividad silente era la de Euclides Camba, adulta mayor de 83 años, quien realizaba bolitas de plastilina y las adhería fuertemente a la forma del dibujo en su hoja. Regalaba una mirada pausada de vez en cuando, pero no detenía su quehacer y continuaba en sus actividades, hasta que un poco esquiva se dejó robar algunas palabras.

“No me gusta que me hagan escribir, porque no sé, pero me gusta pintar y pasear”, explicó brevemente Euclides, en su hablar no muy claro, durante su estadía en el Centro diurno ‘Nuevo horizonte’, mismo que funciona gracias a un convenio entre el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y el Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) de San Jacinto de Yaguachi.

Fue el turno de Ilario Palomeque, de 79 años de edad. Él dejó la mesa y se dirigió hasta Nelly Campusano, enfermera del Dispensario Municipal, quien le tomó la presión con un tensiómetro digital y llenó los datos en la ficha médica, tal como sucede con cada adulto mayor que forma parte de la atención en modalidad diurna.

Esta es una práctica que se efectúa todos los jueves -aclaró la enfermera- para saber, principalmente, la condición de salud de los octogenarios y establecer las actividades físicas diarias que podrán realizar.

En la misma mesa estaba Mercedes León, de 80 años. Ella realizaba las mismas bolitas de plastilina y las pegaba al papel. Mientras lo hacía, comentó que “quisiera aprender a bordar y tejer, porque me gusta estar siempre activa ¡no puedo estar sin hacer nada!”, exclamó con una sonrisa.

Todos demostraron que la edad no los detiene, porque llegan hasta la unidad para hacer las manualidades, pero también juguetean, se quitaban las tijeras, lápices de colores u otros, como niños chiquitos; aunque otros más serios los corregían.

Marcaban las 12:30 cuando llegó la comida; todos detuvieron sus actividades y dieron paso al momento delicioso, al de la alimentación. Ilario recalcó que ellos desayunan muy temprano y ya era hora de almorzar. En esta ocasión el menú era una sopa de pollo, seco de pollo y una refrescante avena fría. Los adultos mayores se mostraron complacidos y entusiasmados con la atención cotidiana que reciben.