2 mil 63 niñas y niños de los CIBV del cantón Otavalo participan en ritual indígena para recibir el Nuevo Año Andino
Con granos, frutas, flores y fuego, 2 mil 63 niñas y niños, que reciben atención y servicio en los Centros Infantiles del Buen Vivir (CIBV) del cantón Otavalo, participan en el ritual indígena para recibir el Nuevo Año Andino o Mushuk Nina (Fuego Nuevo). Esta actividad se realiza desde el pasado 21 de marzo y tiene como objetivo fortalecer y sensibilizar a las familias, comunidades e instituciones sobre los enfoques de identidad y diálogo intercultural como parte del desarrollo infantil integral. La actividad la realiza el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) conjuntamente con los ministerios de Agricultura y de Cultura.
El Nuevo Año Andino es una fiesta que conmemora la época del florecimiento y tiempo para empezar a probar la cosecha del fruto tierno. Dentro de la cosmovisión indígena también se da inicio al Warmi Pacha o tiempo de la mujer, de lo femenino, de la Pachamama, de la fertilidad, de lluvia, de siembra y de cosecha.
El Nuevo Año Andino es una fiesta que conmemora la época del florecimiento y tiempo para empezar a probar la cosecha del fruto tierno.
Para fomentar esta tradición el MIES, en coordinación con los gobiernos autónomos de las parroquias de Miguel Egas, San Pablo, Quichinche, González Suárez, Ilumán, Eugenio Espejo y el Jordán del cantón Otavalo, permitió la participación en ese ritual indígena de niñas y niños de los CIBV de esas parroquias.
Las celebraciones continúan hasta el próximo 28 de marzo en la que, además de la participación de niñas y niños de los CIBV, se sumarán cerca de 3 mil 500 madres y padres de familia y 230 educadoras de desarrollo infantil del MIES.
El Mushuk Nina se lo realiza en el equinoccio, cuando la tierra se mueve con relación al sol y las fases de la luna. Este momento es considerado, por los pueblos indígenas, como una oportunidad para entrar en relación armónica consigo mismo, con la familia, la naturaleza, el cosmos, las plantas y las divinidades ancestrales.
Esta celebración se efectúa para dar gracias a la tierra por el florecimiento de las plantas y es el tiempo para cosechar una variedad de frutos tiernos. Todos los rituales en torno a estas fiestas están acompañados por agua y flores.